Viaje pampeano
Cuento,
¿cuántos van: cuatro o eran tres?,
las
ramas se dibujan en tramas
de
cortezas en su total desnudez.
La
ruta es línea gris, la pampa
se
abre en horizonte desmedido,
en
meta inalcanzable, en calma
declama
su realidad de infinito.
Cuento
imágenes, promesas, nidos,
este
agosto deshojado los delata.
Entre
tantas tonalidades apagadas
la
vida es un manchón entre las ramas.
La
vida grita su presencia y el auto pasa.
Que
otro maneje, soy una espectadora,
la
cinta gris me lleva hacia la nada,
verde
de eucaliptos, degusto cielo y distancia.
Me
distraigo, las luces cruzan,
simulan
estelas rojas, amarillas,
que
complicado sustraerme, como cintas
de
colores los faros devanan
sus
hilos de luz. La noche transa
sus
deseos con los hombres, trafica
El
afuera es confuso, vivir es difícil,
no
hay estrellas, busco focos de luz,
no
pensar, dejarse ir, ver como danzan
figuras,
cuerpos, tristezas humanas.
Desconfío
de nosotros, no hay resquicio,
moro,
existo, teatralizo que vivo.
Mejor
distraerme con la eterna noche,
los
focos son astros que pasan, torpes
van
calle a lo lejos, en perspectiva,
como
sin dueños: se fugan las vidas.
Gentileza: Javier Ordóñez