Atardeceres
¿Cuáles
son los honores o las glorias,
cuáles?...
Más acá del sol, se moja
la tarde
en rastros de luz, en gotas,
el aire
flota en polvo dorado, para todas
las
visiones, las miradas todas,
sobre
nosotros comulgan sol y atmósfera.
Vamos
anónimos, preocupados.
Ronda de
este día, similar a ayer,
rumiando
pequeñeces dejarnos ser,
miserias
que se esconden, la ciudad
de a
poco encenderá sus luces y habrá
puntos,
puertos, puertas para llegar.
Instantes
íntimos de cada atardecer,
en los
cuales agonizamos con él.
Escuchemos
detrás de los ruidos,
como la
noche se descama, negra piel.
¿Cuáles
son los honores o las glorias?,
vulnerables
atravesamos esta hora.
Mi
palma en la pared...
Buscar
la luz,
como
lagartos,
golpeada
por los años
mi palma
en la pared,
el calor
sobre la piel.
Qué
poco pedimos,
nos
volvemos primitivos,
primeros,
únicos,
por
siempre desvalidos.
Como
mínimos insectos:
buscar
la luz,
fragilidad
nuestra.
El
infinito azul
devora
asteroides,
agujeros
negros,
poco nos
importa,
poco ya
sabemos.
La vida
es este aliento
húmedo,
opaco de aire,
la
textura del ladrillo,
el
lenguaje de la carne.