La ciudad es orilla, mi visión...

Fin de septiembre

La tarde es un sol proclamado,
las enramadas en punteado
verde doblegan el celeste
en otro grito. Miremos.
La tibieza del aire reclama
piel, brazos agitándose,
definir la vida como clara
y diaria cita con la luz.
Miremos. Somos dueños:
de la sombra y del asombro,
de la caricia, del gozo permitido,
manejemos memorias y olvidos,
ya es tiempo de absolvernos.
















Poema de aire

La brisa es una excusa para rozarte,

te contornea, vos indefenso al margen,

yo me aproximo, te bordeo con el aire,

te acaricio, te absorbo, todo sin tocarte,

y siembro mi beso, silencioso se posa,

dos palabras nacen de mi boca:

te quiero, sin más decir, te quiero,

esas palabras hacen el universo.



Naútico porteño

Cuando el viento
ondea los plátanos,
yo desde lejos,
desde lo más alto,
proa, balcón, navego.
Y la ciudad es orilla,
mi visión: velero,
soy libre, tengo vida.
Y esa libertad: velamen,
aún mínimo lo extiendo,
náufraga, a él me aferro.



Fotos Aldo Sessa