A los amigos sólo una palabra... gracias.

Amigos


Se enredan las palabras,

sogas que se amarran,

voces y seres en trasfondo,

nos reconocemos, la marca

de sobreviviente es contraseña,

la sonrisa sin disculpas,

sin agravios nos aúna,

no necesitamos justificarnos,

no intentamos mentirnos.

Se enredan en gruesos hilos:

atención, deseos, ayudas,

hacemos de vivir natural

acto solidario, que más,

los lazos se anudan y vamos

más felices, algo más seguros,

a golpes de marea: golpeándonos.



Nosotras


El tiempo deshace

lazos, coincidencias.


Nuestras charlas eran

un andar a descuido,

asoleándonos el alma,

eran pensar en voz alta,

deshilvanar los dolores,

partir vivencias gratas.

El tiempo enarbola aires,

despliega, nos desbanda,

y reclamarle a él

es ingenua proclama.

En el tiempo del tiempo

nos perdemos a distancia,

en el tiempo del tiempo

una vida es una nada.



Tu octubre

La vida es un filo agudo,

un límite filoso,

cercano, basta girarnos,

burla al otro lado,

racional dijiste: no hay nada.

No te arrimes a la orilla,

quedate aún, aún y ahora,

no te entregues, la tosca

primavera se nos alborota

en ramas, cristales, soles.

No te entregues, sueño

que sospeches: aún la primavera

te espera agazapada,

es tiempo para las miradas,

y la vida, y el aliento se te escapan.







Nosotros más allá de las palabras...

Nosotros

¿Estarás ahí
detrás de tu mirada
esperándome,
estaré esperándote?.

Podemos estar juntos,
rondar los días mudos,
y las noches saturadas
en juego de palabras.
Poco cuenta mirarnos,
sólo vale estar esperando
detrás de las miradas.
Vivir de a dos es más
que el sabor de los besos,
que el rumor de los cuerpos,
reconocerse en blancas
ceremonias de la piel,
es esperarse
voluntariamente,
inevitablemente,
inexorablemente,
adverso y reverso
del acto de quererse.


Cierro los ojos

Cierro los ojos,
pesan los párpados,
el afuera en torno
sigue su locura imprecisa,
me niego al mundo,
al rumor de los unos,
al estupor de los otros,
al horror del que somos
inertes testigos.
Sobrevivir se paga,
vale la complicidad,
la mar de banalidad,
la mar de amnesia,
discretas demencias,
oficiales desvaríos.
Cierro los ojos,
pero todo sigue igual.
Bebo en retinas caninas
su inocente impunidad.

Saber que poco nos queda,
la vida y la luna ya ruedan.


En tu espejo

Me inclino ante tu espejo
manso, estático, tus ojos
son casi un ilusorio fondo,
te miro y a la vez me reflejo,
insistente en él me converso.
Aguas de calma, en remanso
son más que mucho, demasiado.
La vida urgente cansa y vale nada,
nos envejecemos, existir escapa
a este presente y a lo que parece.

Bebo de tu carnosa boca un beso
y todo mide la fracción de ese gesto.