Mirando entorno vemos...

Ocasos
Cristal de celestes, sobre nosotros
se degrada el infinito del atardecer,
nos resta ver.
No hay límites, elevamos los rostros,
ascienden los anhelos sin más,
nos resta soñar.
Supremo cielo, superpuestas masas
de oxígeno nos impulsan la mirada,
nos igualan.
Cada ocaso es esta inmensidad entregada,
esta noción de belleza, de calmas,
sentir la nada.
Atemporales, somos mínimos seres,
la luz se diluye, nos llega desde siempre,
la admiramos inertes.
Detener lo inmediato, lo casi creíble,
elevar los sentidos y así imaginarse
ser del aire.









Azotea-balsa
El viento acerca el sonido del tren,
roza mis oídos, desmiente distancias,
eleva las hojas y en remolinos se delata,
se dibuja con trazos inexistentes.
Solitaria voy en mi azotea-balsa,
a capricho del aire, la pared separa
mi soledad de otros miles, detrás
de ella demencias colectivas, obsesiones privadas.
Desde lo alto el mosaico de azoteas
simula ser irreal paisaje en calma.
Me parapeto, absorbo el sol, la brisa,
disfruto la ilusión tangible, franca
de que el viento, sólo él, me acompaña.
La ciudad es llanura de aire para navegarla,
comulgo con la luz y la mañana.





Lunas
En la oscuridad de la noche
reflejos sobre el agua que corre,
en la ciudadana zanja las lámparas van
regalándonos brillos de luna virtual.

Beber palabras, mordelas...


Brindis nocturno

Mi piel, me acerca a la tuya,
rozarte tersamente, ser suma
de yemas que se hunden y te tocan,
mensaje de epidermis, solas
las palabras de las manos borran
todos los atiborrados silencios.

Muerdo mensajes, roces que bebo y bebo.


A ojos

Y en el espejo de tus ojos
piadosamente me miento,
los míos a la vez te ofrezco.
La vida es un apresurado,
imperdurable misterio.
A ras de mirarnos
se endulza el áspero, seco
sabor de vivir, prisioneros
de ojos, simple amor que bebo.


Conjugando sustantivos

Mi casa,
tu casa,
su casa,
nuestra casa...

Conjugación del sustantivo casa,
se multiplican los modos y los tiempos.
En presente es la casa
a la que llego,
la que me cubre y me arropa,
cobertor de cristales y cemento.
En pasado: es la que retuvo
los pasos que dimos corriendo
detrás de la cola que iba detrás del perro
o por entre irrepetibles, iniciales juegos.
En futuro: es la casa
de lo deseado y temido,
la de los posibles inciertos.
Edificio que me cubres, busco tu ahora,
él lleno de nosotros se nos desborda
y de nuestros olores y pequeñeces se borda
un rostro, con él nos ampara en los regresos.
Casa, sustantivo
esencial, como papa,
como mamá o papá
sustantivos
con la a redonda, la a blanda
de las primeras y últimas palabras.