A... de arácnidos, de ahhh...


















Silvia Ariza
Peregrinas por siempre
(óleo sobre tela)




Arácnidos

Nos aferramos a mallas,

texturas de hilados finos,

entre vidas, como arañas

te sucedo, me continúan,

trenzamos ansiedades,

reservas, desanudo y caen

los días, anudo desmanes

de emociones, sobresaltos.

Busco entre líneas y rasgos

esos de otros que he amado.

Dibujo sombras en retinas

ajenas, aspiro su olor a vida.

Todo es frágil, vulnerable.

Con tesonera insistencia

tejemos, son redes nuestras

que nos contiene, nos reparan.

Ebras traslúcidas enebran

su urdimbre en líneas blancas

para una única historia,

millones y una única trama.


Ahhh

Una brisa interna, invisible,

un macerado gozo,

un masticado contorno

del instante. Ser felíz.

Un aspirado respiro,

un compartido orillo

del día o de la noche.

Ser feliz. En voz baja

con confidentes palabras,

musito: dulce ser feliz.

No hay proclamas,

breves, sólo dos palabras:

Ser feliz.........





















Silvia Ariza
(óleo)


Respeto ante tanto dolor...
















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Japón 11-3-11


Como detrás del espejo,

como en un reverso,

aquí en el llano estamos

distantes, diferentes,

pero el horror merece

respeto, estremecimiento.

El planeta es sólo uno,

todos somos el absurdo,

el origen del maltrato,

como artífices incautos

mentimos, negamos.

El planeta late y se estremece,

nos expulsa, tensión y forma

del límite, hora del ahora.



Esquivo los espejos...



Cambio de estado


Lavar las voces, continente y escallas,
destilarlas,
gotear las palabras hirientes, filosas,
partirlas como rocas.
Que nos queden las frases de ternura,
las sosegadas sumas
de confidencias, las oraciones como redes.
Alambique y mortero,
polvo de ojos y besos agrego para molerlos,
nada será legado,
los enconos, las furias tallan precarios
infiernos, a molerlos.
Que en los aires las palabras tiernas, leves,
etéreas vuelen.
Se embeban los aires de lo mejor:
esencia y don.
Todo es posible, macerarnos al sol.



Cincuenteando

Tensión de la piel,
delata mis hartazgos,
esquivo los espejos,
me maquillo sin verme,
prescindo de los lentes.
Piadosa es esta amnesia
de creernos empezando,
dislocando a impulsos
la pauperrima vida esta.



Ellas
Carlos Terribili