Buenos Aires, ...aires y palabras...


Sobrenivel

Poder observar a la ciudad sin ser vista,
casi como un pájaro, la gente camina
y quedan rictus, estelas flotando,
peculiares maneras de marcar el paso.
Las hojas ya motean en su amarillo
este ondular de vitral, ramas y árbol.
Me parapeto, la cúpula pesada en nubes
sobre nosotros juega a amenazarnos,
metamorfosis: gorrión mujer, esta hora
me marca emociones, me desdobla:
soy hojas dibujando espirales en la nada,
soy latidos de asfalto, facetas sumadas
de un collage de rostros. Ebria reclamo,
te bebí ciudad a amores demasiado.



Garuamos

El sonido de la lluvia suena
a gomas y asfalto, y la calle rueda
como nosotros también bajo la vida,
bajo garúas, tan desabrigados,
abriendo los sueños desamparados;
si estás conmigo dulce rodamos.




Avenida - río

En el gris del día que comienza
son un par de amarronadas manchas,
tenue ir y volver por la baranda,
amoroso rito de torcazas.
Debajo la avenida que corre,
ruge, nos llega porque brama,
y son un juego indiferente,
centradas en aleteos y en danzas.
Hay ropas delatando al viento,
ojos de cristales, desasosiegos,
objetos personalizando los balcones.
Debajo la avenida corre, siempre corre.

compartir ausencia...


Palabras por Ale, palabras azules...


El Tiempo


Cuando el aroma de tu muerte
se diluya podremos
recuperar el aroma de tu vida,
embebernos
en el dulce ámbar de tus gestos.
Sin dejar sombra
bordearás reflexiones, silencios,
mis mediar presencia
solapadas formas te delatarán. Espero.

Nada nos devolverá
tenerte, nada te permitirá tenernos.
Ay, duele dolor,
no hay atajos, revanchas ni regresos.





Seis días

Tu dios milenario no quiso,
el mío, divina trinidad, tampoco,
rogamos al vacío sordo.
Se resbalan los días sobre la piel,
cómo entender la muerte,
es una ausencia, un aroma
a dolor sazonando la rutina,
se resbalan tus palabras y se filtran
sobre el silencio real,
lo presente es lo único palpable,
no hay mínimas rendijas
para intuir otro encuentro. Yacemos
escuchando la canilla que gotea,
siguiendo líneas y arabescos,
acariciamos con los ojos las baldosas viejas,
mascamos el sabor cotidiano,
nada nos promete otro reencuentro.
Sólo el vacío, hueco adentro:
por el amigo ausente, des-almado,
sólo un destino inexplicable,
los dioses no quisieron, territorio de humanos.





Autonomía verbal

Con la muerte se establecen
conjugaciones en tiempo pasado,
a ello se sublevan pocos verbos:
amar, querer se aferran al presente.
Siempre y aún así siempre:
te amamos, te queremos.

Más palabras............



Deseo agradecer los comentarios recibidos, me sorprendieron gratamente.


Deberán perdonar mi falta de habilidad informática pues no logro responderlos de a uno como hubiera correspondido. Es por eso que recurro a esta forma general de acercarme a ustedes.


Mil gracias.









La edad


Es una frase que insistentemente
se desliza entre otras, que remedio,
es una marcha vertical, fluctuante,
en un ir de pasos inestables.
Tu tiempo crudamente marca el mío,
me describe cada etapa, es anticipo.
A veces prefiero negarme, negar
que estamos siendo otros, y duelen más
las imágenes que damos y seremos.
Mejor mansamente absolvemos,
disolución de cada uno en el tiempo,
disolución de carácter, rastros, cuerpos.
Absolvernos es difícil... y es siniestro.




Perdurables


Presunción nuestra
de creernos perdurables,
la memoria graba voces
y ellas se confunden monocordes.
Sólo los amados nombres
se quedan flotando en el aire.
Mi boca dibuja su forma,
disfruto llamarlos, desde la rota
mansedumbre de la tarde.
Los pronuncio, amados, uno a uno,
se que ustedes me convocan
precario este juego nuestro,
defensa ante la desmemoria.

Nada será perdurable,
besar, querer, nombrar ahora.

Poemas para compartir



Regreso


El río permanece allí,
como todos los ríos del planeta,
son, están, corren en su belleza,
y yo aquí mordiendo calles...
Me acostumbraré como a todo...
me olvidaré de lagartos, recodos,
del sonido del agua monótono,
áulico, embriagante, surco rocoso...
El río y los atardeceres están
aunque no los vea y los olvide,
inevitable, punzante es regresar...
En semanas los zaguanes trenzarán
sombras y lunas, y algún secreto,
y envidiaré ventanillas de colectivos,
conseguirlas, poder sentarme
a deletrear con la ardua tarde
los colores de esa hora, de un barrio,
de cada esquina. El río corre
como la vida, invariablemente corren,
y nosotros nos mentimos destinos,
nuevas razones que desconocemos,
nosotros piadosamente nos mentimos.




Mañanas


Día luminoso,
la vida comulga en los colores,
la ciudad no es festiva y sin embargo...
la luz la recrea, invade sus espacios.
Te propongo
detallar la claridad entre los plátanos,
las veredas goteadas a sol y a sombras,
manchas en relieve, a doble plano.
El viento ondea
sus sombras sobre frentes estáticos,
el movimiento sigue su propio canto,
se enhebra en las cortinas, agita vanos.
Mañana de sol,
la vida no es más gris sobre los grises,
se escapa de lo inerte, se transmite,
vida sobre lo cotidiano, mar de lo simple...


Estrategias


Me sostengo, me repongo,
¿por qué espero algo de otros?,
contamos con beber el sol
y alcanza, el cuerpo se compone,
es como vivir sin la melodía
de mentirnos nuevas utopías.
Mi imagen dice poco de mí,
es mejor, con ella disimulo,
vivir es este oficio terco y duro
de morir un poco cada día.
Que no se sepa más de uno,
raspar del fondo de la rutina,
descascarar restos de suspiros,
que nos crean seguros, fuertes.
Por dentro las dudas y los sueños,
el afuera es un teatro extremo,
el afuera... que nos crean fuertes.
Hay que salir inevitablemente.