Amigos,...lluvia, ...enredo de palabras...


Entrar en la lluvia


La lluvia se empeña en despeñarse,

cielo abajo, ciudad en trance

de penar por miles de motivos,

o sólo penar ahora por mojarse.

Lluevo con la inmensidad,

un punto mínimo que cae y va

desgajando: miedos y más miedos.

Intento existir y no ser vista,

meterme en la invisibilidad

que da la lluvia y nada más.

Masticar, digerir los temores,

seguir adelante, tal vez lo logre,

tal vez me hunda en el aguacero,

me diluya en sombra y en cuerpo.



Dosis de amigos


Sólo entre amigos desnudarnos

el ánimo, el ánima,

descarnada osamenta,

orfandad expuesta,

sólo entre amigos

lo que somos, tal

como somos, cuenta.

Y la vida comulgada

se dulcifica,. Desaguan:

voces, lluvia de palabras,

estar juntos, celebrar

la vida como es, como si nada.

Y nos sentimos mejores,

metamorfosis extraña,

se suman sueños, se olvida,

se sueñan imposibles,

amnesia momentánea.


Imagen de www.ciudadpoesia.com


Palabras llenas de hoy... (17 de mayo de 2009)








Nunca te conocí más allá del papel y de tu imagen, aún así te admiraba, te veneraba, con indiscreción te amaba.

Hoy este espacio me permite recordarte, simple lectora, respetuosa testigo de tu ausencia.










Palabras por Mario

La vida o la muerte
quieren que reiteradamente
nos asumamos húerfanos,
de vos, en vos, creador
de un universo de palabras.
A veces inventaba
encontrarte, conocerte,
tan sólo a veces
tenía la osadía
de pensarte próximo
a vos, tan prójimo.
Penar por alguien a quién
nos unen sólo palabras:
como brazos, como anclas,
como antorchas. Te extraño,
ya nunca sabrás que tantos,
pero tantos te extrañamos.

Palabras nuestras...




Las palabras insistentes, ...
perseverantes...
se vuelven nosotros...




Nuestro aniversario


¿Existe acaso el tiempo?.


Admiro de vos cada centímetro,

cada uno de ellos, a su vez todo,

te miro y no me canso, tan sólo

dejo me invadas, yo te aprisiono

con brazos y piernas, rodeo e intento

creer el instante nos vuelve un cuerpo,

un torso, un esencial gozo, un sueño.

La noche nos devora, ella bosteza,

nos descubre enamorados, envejecidos,

amnésicos, tal vez incrédulos,

incapaces de percibir el tiempo.




De vos


Aún tu silencioso gesto

habla en un mudo lenguaje,

lo traduzco sin esfuerzo,

sin asombros ni recelos,

unificamos el verbo,

tus ojos, los míos, aire

en tejido de encuentro.



Si querés compartí tu comentario

o bien enviá tu mensaje a

elisa.poemar@gmail.com





Gustav Klint, El Beso