A la par me incendio, a la par yo me otoño...


Foto: Elisa Rezzonico





















Otoñarme


Hojarasca de otoño,
la vida en alborozo
se enciende, se incendia,
bebo soles en ella.
La ciudad es testigo,
metamorfosis y ciclo.
Detallo ocaso y camino,
explosión de energía,
el color se desliga de la vida
y las hojas laten caídas,
enarboladas en el viento.
A la par me incendio,
a la par yo me otoño,
estado del alma que gozo.






Sólo amores



Modelado imperceptible, nos han esculpido,
desde las sospechas hasta el rígido
molde de los valores, a boceto vivo...
y así quedamos, seres hechos o deshechos,
impudicia nuestra, en duro reverso
somos las esculturas de los otros,
aún menudos, de nuevo indefensos...
Cadena de inconscientes subconscientes...
como la inclinación de mi nariz, los genes,
así los marcamos a desconfianzas,
a osadías, obseciones, celos y recelos.
Y el alma se nos va colando entre medio,
moldeado de vivir... arcilla en carne y hueso...
No tenemos valentías, sólo amores,
sólo amores como dolorosos nexos.




Foto: Elisa Rezzonico





Aquí nos desnudamos...


Gustav Klimt





















Felicidad


Es frágil, merece ser tomado suavemente,
acariciarlo y dejarte acariciar, leve
la luz cubre y estalla entre las ramas
pero su verde es otro, se decanta
como las miradas que cruzamos.
Lo dicho es insustancial, sólo palabras,
mutaron en aire y luego en olvido...
Tensar del instante como de un hilo
que va desde manos a retinas
enhebrándonos, seres vulnerables,
olvidables. Aquí nos desnudamos,
fracción ínfima, tanto es imperceptible,
durante ella dejamos de ser inservibles.
Fuimos unos con otros, unos a otros: felices.







Hay muertes...  


Hay mil formas de morirse, valen
impensadas unas, otras inevitables,
las hay piadosas, ninguna preferida,
pero ay..., el horror de morirse en vida.
Que ella, la muerte, se exponga, lacerado
cuerpo, mente arrasada, tortura en solitario.
La muerte se entierra, se crema, se olvida,
se desgaja y muta a memorias vividas.
No a esta apropiación prolongada, póstuma,
esta exhibición desmedida de lo abyecto.
Ay dolor... tanto para los mínimos cuerpos...
tanto para los seres entorno. Hay tiempos
de vivir y de morir, ay trastocados tiempos.






















Gustav Klimt