La fragilidad nos absuelve...









Salvador Dalí




Comunión

Tontamente, como tantas veces,

las horas se resbalan entre manos,

y es que casi no nos hemos mirado,

declaran los colores su ilimitada

profusión de voces, las pupilas claman

conjunción con otras, y las palmas

nos piden posarse en huecos ajenos

y anidarlas, anidarnos mansa,

saludablemente. Horas que caen,

tiempo y días que se clausuran,

afuera el olor habla de la lluvia,

se regala a simple aspiración,

afuera en algún recorte urbano

el horizonte se proclama ilimitado

y siempre es nuestro. La piel percibe

y espera. Razón, ilusión, papilas,

comulguemos, unos y otros, y la vida.




Como astros erramos


En elípticos recorridos,

aún mínimos, como un cósmos

transitamos los ciclos,

y volvemos al punto de inicio.

Misterio del misterio,

las voces se acallan, vacías,

incoherentes suenan las teorías.

Aquí me instalo a corporizarte,

aquí tu rostro en mil partes

batalla contra la memoria.

Destino de astros errantes,

eso somos, yo de tanto descreo,

cuando la razón se desvanece

ruego y pido, así me aferro,

hilos frágiles, la intuición

sostiene, engaña. De tan endebles

la fragilidad nos absuelve.


Salvador Dalí


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