Ojos y lunas, palabras y ojos...

Rosario y Calasanz

Persistencia de la luna milenaria,

fin de otoño, hay otra claridad,

madrugadas de luna llena,

nos encontramos en esta acera,

esquina ya conocida por ambas.

Persistencia de los plátanos en rama,

de sus últimas hojas aferradas,

persistencia mía de abrir la mañana,

de acariciar este nuestro paisaje.

La luna tensa su silueta ámbar

y como la vida muda sus etapas.

Suspiro, inevitable es lo que pasa,

vivir se escurre, como sino ocurriera nada.



Cartografía urbana

Mapa de una ciudad, de esta

textura monocorde de moles,

calles que corren como tajos

abiertos, las ventanas mirando,

vacuidad desde el cristal,

materialidad desde el asfalto.

Relevo en esta viviente trama

pasos y voces, dejan su marca

sobre el sonido constante.

Cada par de ojos conlleva

diez, cien ansiedades irresueltas,

besos guardados u ofrecidos,

locuras tan propias que se enhebran

en una invisible ronda inconfesada.

Ciudad que late y a la par marcha,

llora, acuna, desgarra, golpea.

Pueden numerar todos los umbrales,

podrán registrarnos, somos habitantes,

tendremos padrón con su inciso, data,

pero el mapa real escapa

a la medida de los burócratas,

incluye perros vagabundos y tus ojos,

mojón para el cotidiano regreso,

busco perros, ansío tus ojos y no es poco.






Viaje

Busco un cuadrado entre cúbicas paredes

pleno de gris, de ilimitado celeste,

desde el voy a un horizonte inexistente,

parto a ese infinito intangible,

con sabor a ser nada, dimensión ajena

ese abismo de cosmos, de estrellas.

Para regresar necesito y encuentro

el dulce mar de tus ojos, en ellos

amerizo, entre tu oleaje regreso.

blog comments powered by Disqus