El ojo, la mente se obturan...


Fotografías
Elisa  V. Rezzonico







Caminata en Arraial


Diferencia de los cuerpos, marcados contornos,
las voces entre dichas, somos bien otros.
Y el paisaje huele, golpea a su modo,
amenguado a forró, diluido en el sórdido
ir de la luz suicidándose en aguas azules,
moverse de las hojas, arena bajo mis plantas,
el día se deshora, lento cruje, se hamaca.
Yo proclamé mi tregua, ellos en la diaria
tensión de vivir son secuencia, distancia...
Me acodo a esta curva, línea de ribera mansa,
somos en furia de espuma, dos siluetas comulgadas.


















Viaje


Viajar, para oler seres en otros aires,
descubrirlos iguales, simularlos distintos,
enfocar flores, enmarcar línea y camino.
El ojo, la mente se obturan, la cámara
alerta, el ánimo se subleva, el ánima,
allí vamos, sólo pobres caminantes,
vacíos de descubrimientos, maleables.
La sorpresa, el asombro se desfloran,
traficamos paisajes, sueños, la vida toda.


















Mar, siempre mar


Está allí, adelante, brama, murmura.
El sol cae en luz sobre las olas...
se alumbra, a la par nos deslumbra,
azules, añiles, plano interminable,
en línea hipnótica fascina. En él caben
vida y muerte, la continuidad, margen.
Ínfima me siento y te inspiro, mirarte,
es un delicioso convite, juegos de espuma
se prolongan sobre la playa, es bruma.
Comulgo con la tarde, me acunan rumores.
Ínfimos somos, cangrejos, venteveos,
tu ribera caminada, bruñida a vientos.


Fotografías    Elisa  V. Rezzonico









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