¿Cuáles son los honores o las glorias, cuáles?...

Fernando Fader

















Amanecemos

Mi mano se eleva
hasta la medida justa
y la oscuridad se turba,
no hay tanteos, trazo preciso
la palma en el aire:
encender la luz
y la mañana se abre en azul.
Cómo autómata: la taza,
la llave de gas, el agua hirviendo,
autómata de todo menos del beso.
Mis pasos como ayer enhebran
la mímica de siete y treinta,
rituales del espejo, la cartera.
Y en esta sin razón de lo cotidiano:
tu beso esencial se va estrenando,
cada día como nuevo, se va estrenando.




Atardeceres


¿Cuáles son los honores o las glorias,
cuáles?... Más acá del sol, se moja
la tarde en rastros de luz, en gotas,
el aire flota en polvo dorado, para todas
las visiones, las miradas todas,
sobre nosotros comulgan sol y atmósfera.
Vamos anónimos, preocupados.
Ronda de este día, similar a ayer,
rumiando pequeñeces dejarnos ser,
miserias que se esconden, la ciudad
de a poco encenderá sus luces y habrá
puntos, puertos, puertas para llegar.
Instantes íntimos de cada atardecer,
en los cuales agonizamos con él.
Escuchemos detrás de los ruidos,
como la noche se descama, negra piel.
¿Cuáles son los honores o las glorias?,
vulnerables atravesamos esta hora.




Fernando Fader

















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