Playa
Dejarse
estar, yacer,
un
invalorable placer...
aturdirnos
a puro mar...
constante
ir, voz sinuosa,
sólo
rumorosas olas...
Ciclos
de vida, gozo
éste
mi inhabitual ocio:
para
avistar vuelos,
para
medir mil huecos
vida
enterrada en la arena
en
el ir y volver de la marea.
Miro
niños jugando,
adultos
como lúdicos niños,
los
cuerpos reales, descarnados,
seres
casi sin envase...
sin
caparazón social.
Y
el color estallando,
turquesas,
esmeraldas,
luz
sobre crestas, fragmentada...
Ay,
privilegios de ver
esta
celebración continua,
aquí
comulgamos con la vida.
(Tonsupa
julio/12)
Minuto sin afuera o adentro
Un
punto, la cortina desde fuera baja
al
ritmo de mi brazo, ver a la ciudad
languidecer
entre derramadas sombras,
minuto
mágico, en él se desfonda
el
reflejo del cuarto sobre el cristal,
se
fusionan dos visiones: ya hay
adentro
y afuera en lúdica imagen,
el
cuarto y el barrio tan nuestros
como
son también los inconfesables sueños.
La
cortina cae, ahora la noche nos gana,
lo
inmediato nos recupera y nos atrapa.