Y cuando miro hacia lo alto...
















7.30 am (Calasanz y Rosario)


Debajo de un cielo color de rosa
la calle languidece aún más rosa,
una magnífica luna redonda
se desluna y va pavimento abajo,
rueda a la par que lo hace mi vista,
a tumbos rebota esta visión inesperada.
Todo era: hábitos, rutina, bastaba
pararme casi en la misma baldosa,
bostezar a filo del mismo cordón,
agenda en mente hojear el pregón
de letanías. Se pulverizó todo:
el instante, el titilar del cosmos,
la calle sobre mi retina, absortos
percibimos los sonidos urbanos
y con la luna: a rodar rodamos.





Habitante urbana


Aquella nube corre presurosa,
miro y soy un par de ojos
mirando a la nada.
Entre tanto voy solitaria
llevándome con disimulo,
al llegar desplegaré saludos,
intentaré no herir, pasar
tan presente como ausente,
¿soy clara?, cómo explicarlo.
Veo a tantos en un día, hablo,
detallo muy bien lo impersonal
y cuando miro hacia lo alto
busco y por demás encuentro
grises de nubes, un vuelo,
la luz abierta en despilfarro,
me acompaño y a cielo me embriago.


Edward Hopper












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