
Salvador Dalí
Comunión
Tontamente, como tantas veces,
las horas se resbalan entre manos,
y es que casi no nos hemos mirado,
declaran los colores su ilimitada
profusión de voces, las pupilas claman
conjunción con otras, y las palmas
nos piden posarse en huecos ajenos
y anidarlas, anidarnos mansa,
saludablemente. Horas que caen,
tiempo y días que se clausuran,
afuera el olor habla de la lluvia,
se regala a simple aspiración,
afuera en algún recorte urbano
el horizonte se proclama ilimitado
y siempre es nuestro. La piel percibe
y espera. Razón, ilusión, papilas,
comulguemos, unos y otros, y la vida.
Como astros erramos
En elípticos recorridos,
aún mínimos, como un cósmos
transitamos los ciclos,
y volvemos al punto de inicio.
Misterio del misterio,
las voces se acallan, vacías,
incoherentes suenan las teorías.
Aquí me instalo a corporizarte,
aquí tu rostro en mil partes
batalla contra la memoria.
Destino de astros errantes,
eso somos, yo de tanto descreo,
cuando la razón se desvanece
ruego y pido, así me aferro,
hilos frágiles, la intuición
sostiene, engaña. De tan endebles
la fragilidad nos absuelve.
Salvador Dalí