Ayunarán de mí
Navegar por y con la noche,
rueda de hilados pensamientos,
mastico hiel, desasosiegos,
rumiar las propias razones,
las autocompasiones.
Si camino, corro y amo,
mejor es rescatarnos, prosaicos.
Beso, perjuro, busco colores,
detrás de veinticinco centavos
hay alguien con quien hablar,
detrás de los ojos que amo
están quienes reconozco amados.
Negra la noche puede devorarme
pero sé que me darás tus manos
y la noche ayunará de mí,
la desesperanza rondará su ir
mutando cuerpos, gastando sus tacos.
Es hora de masticar las rabias
a puro beso, generosos tus labios.
Y aún
Me quiebro, me estiro, me derramo,
aún puedo componerme,
el aire se puede oler a aire,
y simple, eso es extraordinario.
Me angustio, altero y desencuentro,
y en tus ojos, o en los míos enfrentados,
ya no distingo, a través de míos o tuyos,
es que me desenfrento a tanto.
Simple: podemos más de lo pensado.
Ricardo Carpani