Queridos visitantes del blog, me tomo la libertad de incluir unos poemas vinculados a mi padre, disculpen este exceso de personalismo pero me mueve el cariño, y ello lo hace válido.
Sólo gracias por compartirlos conmigo.
Mi viejo y Racing
para Guillermo Luis Rezzonico
Una bandera, una consigna,
una pasión injustificada
me llaman, te presiento ahora
y está tu nombre a filo de mi boca.
Amaste esta emoción blanca,
celeste, lealtad descontrolada,
ella en su arbitraria forma
te da cuerpo, remueve memorias.
Si grito un gol, si palpito un triunfo
doy sonidos a tu voz ausente,
construyéndote en presente
mi alma hace de esa tuya
una comprensión extensa,
una compañía incondicional,
una dulce y calma presencia.
Si el fútbol me regala rozar
tu piel en este abrazo generoso,
inesperado, bendito sea,
mi garganta es tu grito, mi alma
conmovida, feliz, te recrea.
Cuando cruzo Varela
Cuando cruzo Varela me pregunto:
¿dónde estará mi padre ya desenterrado?,
y regurgito un sabor a desamparo
como el que mordimos entre labios
bajo el calor de enero en ese su entierro,
y la nada se excusó y la llamamos cielo,
y la nada es siempre nada, sin remedio.